El “lado oscuro” de las redes sociales

Recientemente he leído en El Confidencial un artículo de opinión del escritor y periodista español Juan Soto Ivars que da mucho que pensar. Comparto muchas de las ideas que aporta y creo que deberíamos pararnos a pensar seriamente en ellas.

Por un lado, habla del libro: “El filtro burbuja”, de Eli Pariser, (os recomiendo su charla en Ted, que podéis ver pinchando sobre su nombre), como obra de referencia que tendríamos que conocer y leer todos los usuarios de las redes sociales. ¿Por qué? Sencillamente, porque a base de una investigación científica cargada de datos y referencias, llega a la conclusión de que las redes sociales nos están volviendo cortos de miras sin que apenas seamos conscientes de ello.

Por otro lado, también cita la obra: “Internet no es la respuesta”, en este caso de Andrew Keen (también os invito a que leáis el artículo al que os enlazo si pincháis sobre su nombre), y viene a explicarnos cómo funcionan verdaderamente empresas como Google y Facebook: opacidad, manipulación, enriquecimiento en base a nuestra información personal, etc.

No pretendo ni mucho menos ser revolucionaria ni poner el mundo de las redes sociales patas arriba, pero sí en el punto de mira, siguiendo a los mencionados autores para, al menos, ser conscientes del universo que rodea a su uso y sus más que posibles consecuencias sobre nuestro pensamiento y, lo que es peor, sobre nuestro comportamiento.

 

Las redes sociales nos están volviendo cortos de miras sin que apenas seamos conscientes de ello.

Cualquier dato que aportemos sirve para comerciar con él

Juan Soto Ivars continúa su artículo poniendo varios ejemplos de datos que aportamos diariamente en nuestras redes sociales: cuál es nuestro estado de ánimo, qué hemos comido, dónde y con quién hemos estado, etc. Y cómo todos y cada uno de ellos son utilizados para comerciar con ellos, es decir, con nuestra información personal. Nadie lo duda: la información es poder. Pues imaginaos nuestros datos, multiplicados por los millones de usuarios que hay en todo el mundo. ¿Publicidad más inteligente? Este es, efectivamente, el argumento del otro lado, el más optimista. 

La información es poder. Los más optimistas dicen que este fenómeno conducirá a una publicidad más inteligente.

En su recién lanzado libro: “Arden las redes”, Juan Soto Ivars también analiza las consecuencias de estar permanentemente conectados: “Las redes sociales nos han llevado a un nuevo mundo en el que vivimos cercados por las opiniones ajenas”. Así comienza la sinopsis.

Me gustan especialmente estas dos frases de Juan, tan ilustradoras de la realidad que estamos atravesando:

  1. Pese a que Facebook presume de conectarnos con nuestros amigos, sus algoritmos nos están convirtiendo en pueblerinos digitales.
  2. El concepto “filtro burbuja” describe la ceguera inducida y la cerrazón ideológica, la aldeización de lo que nos vendieron como una comunidad universal.

¿Nos estamos convirtiendo en unos pueblerinos digitales? ¿Estamos ante el fenómeno de la aldeización de lo que nos vendieron como una comunidad universal? Probablemente la respuesta sea sí.

Los algoritmos de Facebook nos alejan de las opiniones disonantes

Continuando con el artículo, Juan nos explica cómo funciona Facebook: premiamos con un “me gusta” a las publicaciones con las que estamos de acuerdo; Facebook detecta todos nuestros “me gusta”; y, entonces, su algoritmo crea un ranking con el tipo de publicaciones que vamos a ver más frecuentemente. Por lo tanto, sus “filtros burbuja” nos  hacen creer que la mayoría de la gente piensa como nosotros; es cuando nos alejan de las opiniones disonantes.

Si una democracia requiere estar en contacto con ideas diferentes, lejos de fomentarla, los “filtros burbuja” nos encierran en islas ideológicas.

Siguiendo a Pariser, y como nos advertía Adam Smith, la democracia requiere estar en contacto con ideas diferentes. Conclusión: los “filtros burbuja” no la favorecen, sino que la dificultan.

Como conclusión, quiero volver a elogiar opiniones como la de este autor que, mediante una comunicación directa y eficaz, nos hace cuestionar el contexto que rodea a las redes sociales, pensar en él, analizar su funcionamiento y operar en ellas en base a la información, y no como mera forma de dejarnos llevar por las últimas tendencias.

Muchas gracias por hacernos pensar, Juan.

Juan Soto Ivars, mediante una comunicación directa y eficaz, nos hace cuestionar el contexto que rodea a las redes sociales. En definitiva, nos invita a informarnos y a pensar. Algo que nunca nos viene mal.

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