Escuchar lo que no se dice

Lo más importante en la comunicación es escuchar lo que no se dice (Peter Drucker).

 

Lo que no se dice. El gesto, la pausa, el silencio, la ausencia llena de presencia. Así es. Muchas veces dice más lo que no se dice que aquello que se pronuncia, escribe o plasma en un soporte de algún modo.

¿Por qué esto es lo más importante en la comunicación? Precisamente porque es aquello que está implícito o, al menos, que no está expuesto de una forma rotunda. Y es de esta clase de informaciones y manifestaciones de las que más se aprende, se deduce y se percibe sobre el otro.

Lo que no se dice está cargado de significado. Ya solamente por el hecho de no decirlo, está transmitiendo mucho. Los verdaderos expertos y profesionales de la comunicación le otorgan la misma o más importancia a lo que no se manifiesta con respecto a lo que es explícito.

Escuchar lo que no se dice: se escucha desde la pausa, desde la atención y desde el afán de comprender. Escuchar nos permite conocer y nos hace “poderosos” en la medida en que nos permite saber más del otro, de nuestro interlocutor, de nuestra audiencia.

¿Por qué y para qué queremos conocer a nuestros receptores? Evidentemente, para ajustar nuestras propuestas como comunicadores a sus necesidades y hacer que el proceso de la comunicación se traduzca en un éxito, alcanzando las metas deseadas.

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