“En las empresas hay mucha determinación, poca travesura y poca ternura”

Entrevista a Beatriz Blasco, coach y mentora en comunicación oral, productividad personal, liderazgo y emprendimiento.

Hace poco me presentaron a Beatriz y, cosas del destino, esta entrevista acaba siendo una de las más enriquecedoras para mí. Me gusta a lo que se dedica y, sobre todo, me agrada muchísimo la energía que transmite. Más que una entrevista (la cual hago a través del sistema de videoconferencia Zoom, que ella me recomienda), lo que me imparte Bea es toda una sesión de coaching y liderazgo. 

Os dejo a continuación un resumen de nuestra conversación:

-Beatriz, háblanos de tu formación académica y de tu trayectoria laboral.

Estudié Ingeniería Técnica Industrial con la especialidad de Química. Soy una persona muy inquieta y me gustaba todo: las Ciencias, la Literatura, la Historia, la Filosofía, etc. Pero, por aquello de que la Ingeniería, según nos decían, tenía muchas salidas, me decidí a estudiar eso; mi deseo era trabajar cuanto antes y tener disponibilidad económica para vivir mi vida y tener libertad. Por eso escogí la Técnica, de tres años. Y la elección de Química fue porque tanto mi profesor de COU de esta asignatura, como la Química que él me explicó, me encantaron.

Tras la carrera, hice prácticas en Viena con la beca Leonardo Da Vinci y empecé a hacer cursos, a formarme en temas de gestión de calidad y a complementar mi formación. Poco a poco, busqué trabajo y lo encontré en mi pueblo, Andorra de Teruel, en la Escuela Taller donde llevaba un grupo de adolescentes y jóvenes en riesgo de exclusión que no querían estudiar; mi misión era dirigir el equipo y trabajar con ellos la parte de medio ambiente y jardinería. Para mí supuso una gran experiencia porque comencé a dirigir equipos directamente y a hacer frente a todas las dificultades que ello supone.

Desde ahí, complementé mi formación con un Máster de Gestión de Auditorías Ambientales y temas Energéticos. Más adelante, encontré otro puesto de trabajo como Ingeniera en una Pyme de cartón ondulado donde estuve doce años, pasando por multitud de puestos diferentes que me permitieron desarrollar muchos proyectos, gozar de una gran libertad para aprender y satisfacer mi necesidad de hacer frente a nuevos desafíos, retos y curiosidades. En última instancia, llegué a trabajar como directora de Fábrica durante tres años y fue en ese momento cuando noté que algo tenía que hacer con mi vida: pasaba muchas horas en la empresa, muy dedicada, pero no me había formado nada más que en temas concretos y específicos de procesos industriales. En 2008 empecé a interesarme por las redes sociales y despertaron mi curiosidad Internet y el mundo online. Fue cuando pensé: tengo que seguir haciendo algo, tengo que estudiar, ver qué hago y renovarme.

Soy una persona muy inquieta y me gustaba todo. En 2008 despertaron mi curiosidad Internet y el mundo online. Fue cuando pensé: tengo que renovarme.

Para ello, decidí estudiar Ingeniería de Organización Industrial en la Universidad de VIC en Barcelona y, mientras tanto, notaba que tenía que mejorar mi capacidad de liderazgo porque estábamos en un momento muy complejo: crisis, ERE, despidos de personas, flexibilización de plantilla, ahorro de costes, mejora de la productividad, etc. Había montones de cosas que hacer que eran bastante complejas de gestionar para mí en aquel momento y era preciso tomar determinadas decisiones. Entonces me introduje en el mundo del coaching para ver realmente cómo podía mejorar mi liderazgo.

Notaba que tenía que mejorar mi capacidad de liderazgo. Me introduje en el mundo del coaching para ver realmente cómo podía mejorarlo.

Mi sorpresa fue cuando, entrando en ese mundo, me dí cuenta de que no me conocía para nada, no tenía muy claro quién era, qué venía a hacer ni cuáles eran mis tareas. Me había dejado llevar por el día a día y la rutina, aunque es cierto que siempre he tenido ambición y curiosidad por aprender y aportar más. Poco a poco, me fui introduciendo en el mundo del coaching e hice cambios.

El primero de ellos fue dejar mi trabajo como directora de Fábrica porque requería de muchas horas (diez al día como mínimo) y suponía mucha tensión. Eso no me dejaba espacios de tiempo para pensar, conocerme y saber quién era. Cosas de la vida y del Universo, me llamaron de Endesa Generación, a raíz de los currículos que fui dejando por las webs de las grandes empresas cuando salí de estudiar; me comentaron que había salido una plaza en la central de Andorra y no me tenía que trasladar. Fue entonces cuando decidí hacer el cambio.

Cuando entré en el mundo del coaching me di cuenta de que no me conocía para nada. Me había dejado llevar por el día a día y la rutina.

Puedo decirte que previamente a que me salieran estos trabajos, yo hablé con mi gerente en su momento, quien era mi responsable, y le dije que iba a hacer un cambio, que necesitaba dejar mi trabajo. En su momento, tenía que avisar con cuatro meses de antelación por contrato. Cuando dije esto, di el paso; me costó muchísimo porque, por un lado estaba apegada a mi puesto de trabajo (identificada con lo que yo creía, había invertido muchas horas en dar lo mejor de mí en el negocio, tenía muy buena relación con las personas y mi equipo, etc.); además, me resultaba difícil dar el paso sin saber muy bien a dónde iba a ir ni si iba a encontrar trabajo. Fue desde el momento en que dije que iba a dejarlo, cuando en una semana me empezaron a llover ofertas a través de LinkedIn. Fue algo muy extraño: me vi inmersa en cuatro procesos de selección al mismo tiempo.

Desde el momento en que dije que iba a dejar mi trabajo, me empezaron a llover ofertas a través de LinkedIn. Fue algo muy extraño: me vi inmersa en cuatro procesos de selección al mismo tiempo.

De todos esos procesos de selección, el de Endesa Generación era un buen horario (de 7:00 a 15:00), el sueldo y las condiciones laborales eran muy buenas y me pareció ideal para poder reflexionar y reinventarme tanto profesional como personalmente.

Durante tres años estuve trabajando en su Central Técnica y me fui formando mucho más en las áreas de coaching, liderazgo, programación neurolingüística, etc. Mi objetivo era conocerme mucho mejor y ver hacia dónde dirigirme. Además, tenía en cuenta que el mundo online me apasionaba, esa posibilidad de decir: puedo vivir en mi pueblo y conectar con cualquier persona del planeta. Era apasionante la idea de la libertad geográfica y financiera:  poder irme a cualquier lugar a vivir y que mi negocio viniera conmigo con el ordenador.

 

El mundo online me apasionaba; libertad geográfica y financiera. Poder irme a cualquier lugar a vivir y que mi negocio viniera conmigo con el ordenador.

En 2014, dentro de mi proceso de rediseño personal, decidí alquilar un local y hacer procesos de coaching en el pueblo, acompañando a personas en la resolución de sus conflictos, sus cuestiones de liderazgo, de comunicación familiar, comunicación en el trabajo, etc. Puse en práctica todo lo que había aprendido yo y lo que me había servido para hacer grandes cambios: dejar de ser una persona estresada, eutoexigente, perfeccionista, y ser una persona con mucha más capacidad de entendimiento, comprensión, darme espacio para conocer mis emociones, reconocer desde dónde hago las cosas, etc.

También empecé a dar talleres presenciales, combinándolos con mi trabajo por cuenta ajena. Entonces llegó el momento en que sentí que tenía que dar el cambio: traspasar todos esos límites del miedo a perder el sueldo fijo a final de mes, empezar a ser mi propia jefa, crear mi propio proyecto y la vida que yo quería y experimentar. El 1 de enero de 2016 empecé cien por cien mi proyecto y me dediqué con toda mi energía a él.

Dejé de ser una persona estresada, autoexigente, perfeccionista y empecé a ser una persona con mucha más capacidad de entendimiento y darme espacio para conocer mis emociones. Sentí que tenía que dar el cambio, traspasar los límites del miedo a perder el sueldo fijo. El 1 de enero de 2016 empecé cien por cien mi proyecto.

En esos momentos, fui combinando los dos proyectos: por un lado, baobabcoaching, nacido en 2014 con una web y negocio presencial; lo voy trabajando sobre todo a nivel rural (talleres de Inteligencia Emocional, de autoestima, de empoderamiento de la mujer en el medio rural); y, por otro lado, www.beatrizblasco.com, como resultado de otro nuevo proceso de reinvención. Se trata de mi marca para darme a conocer y poner en valor mi experiencia personal dirigiendo equipos. De ahí sale mi libro: Productividad Personal Consciente: no es cuestión de hacer mucho, sino de hacer lo que tiene sentido para uno y le permite construir sus metas y objetivos, tanto personales como profesionales, en el negocio propio o en la empresa donde se trabaje.

En mí misma y en las empresas donde he estado, he notado una tendencia a “hacer por hacer”. Nos cuesta mucho parar a reflexionar, ver qué significa lo que nos están pidiendo, cuál es el objetivo y el para qué de lo que estamos haciendo. El motivo, la mayor parte de las veces, se encuentra en que nos envuelve el día a día: estamos en marcha sin el GPS conectado. Sin saber dónde estamos ni hacia dónde vamos. Esta metáfora me ayuda muchísimo a entender: ¿qué plan de acción vamos a trazar si no sabemos desde dónde partimos? Es clave saber dónde estoy y a dónde voy.

 

No es cuestión de hacer mucho, sino de hacer lo que tiene sentido para uno. En mí misma y en las empresas donde he estado, he notado una tendencia a “hacer por hacer”: estamos en marcha sin el GPS conectado.

Además, practico mindfulness todos los días para aprender a manejar mi mente y observarme. La mente siempre está en marcha y hay que calmarla y manejarla. Realmente, lo  que podemos gestionar es nuestra atención, no el tiempo en sí. El tiempo es la vida: no podemos controlar la vida ni el tiempo. Podemos gestionar nuestra atención, estado, energía, cuidarnos, decidir descansar, etc.

Todas estas informaciones que hoy en día nos llegan sobre el mindfulness era algo que ya sabíamos, se trata de informaciones milenarias que estamos recuperando, pero es sabiduría que ya estaba. Ahora estamos despertando a esa nueva consciencia y nos cuestionamos si se puede vivir de otra manera diferente. Nos preguntamos: ¿tenemos que ir todo el día realmente corriendo? Desde la programación neurolingüística, al final todo son estrategias: nos hemos montado una estrategia para estar todo el día estresados.

Por otra parte, el hecho de leer e informarnos no produce cambios. El cambio se produce cuando ponemos las cosas en práctica. Es muy importante la auto disciplina y el compromiso con nosotros mismos, y es lo que nos hace falta muchas veces. Aprendemos practicando y cometiendo errores, como un niño aprende a hablar, caminar, montar en bicicleta, etc. Es cuestión de poder con los miedos propios: a fracasar, a cometer errores, a no hacerlo bien. La mente nos saca siempre fuera de nuestro momento presente.

Para mí fue un gran “clic” darme cuenta del poder de estar presente y aprender a disfrutar, porque yo nunca había disfrutado, estaba muy obsesionada con el futuro, mi mente vivía fuera y preocupada por el futuro. Como soy una persona orientada a resultados, esto me suponía una ansiedad tremenda. Es cierto que soy alegre, me gusta vivir y disfrutar, pero me dí cuenta de que no había disfrutado de verdad, sino que había estado muy ausente de mis momentos.

Es una cuestión de entrenamiento. Cada día, hay que hacer el trabajo de volver con disciplina, hábito, práctica, flexibilidad con uno mismo y no auto castigarse. Además, no todos tenemos por qué meditar, también sirve dar un paseo consciente, bailar y mover el cuerpo. Lo importante es la consciencia: de uno, del cuerpo y de lo que se está haciendo.

 

La mente siempre está en marcha y hay que calmarla y manejarla. Podemos gestionar nuestra atención. El mindfulness actual es una sabiduría milenaria. Para mí fue un gran “clic” darme cuenta del poder de estar presente y aprender a disfrutar.

-¿Cuáles son tus hitos profesionales?

Me encanta dirigir equipos, liderar y estar al servicio de ellos: solucionar problemas, facilitar que las personas puedan desarrollar y dar lo mejor de sí mismas. Esa es la función principal que tiene el líder: sostener, permitir que las personas se desarrollen, escuchar mucho y no juzgar. Yo siempre pensaba: si alguien no ha hecho algo, o lo ha hecho mal en base a los estándares que tienes marcados como equipo y como empresa, en lugar de pensar que es una mala persona, hay que ver de qué otra manera diferente me podría expresar y comunicar con él. Antes no encontraba respuesta a esa pregunta porque no tenía las herramientas. Cuando entré en el coaching vi que todo eso no estaba en la persona que estaba fuera, sino en mí y en mi manera de ser y patrones más inconscientes.

Por eso creo que es fundamental que un líder trabaje el autoconocimiento para mejorar la empresa y el equipo, y que deje de poner la atención fuera para ponerla en sí mismo. Si realmente una persona no es la adecuada para el equipo, hay que tomar la decisión: ¿cuántas veces en los equipos no se toma la decisión de prescindir de alguien? Tal vez, esa falta de decisión no solo perjudica al equipo, sino a la propia persona, porque se ve envuelta en una dinámica en la que no toma la decisión y el líder tampoco. En mi experiencia personal, tanto como persona que lidera como persona a quien han liderado, la decisión de no tomar una decisión es la que más daño hace, es el mayor lastre en las organizaciones. 

Me encanta dirigir equipos, liderar y estar al servicio de ellos. Es fundamental que un líder trabaje el autoconocimiento para mejorar la empresa y el equipo. La falta de decisión perjudica. En mi experiencia, la decisión de no tomar una decisión es la que más daño hace, es el mayor lastre en las organizaciones.

-¿En qué medida consideras que te ha ayudado la práctica de gimnasia rítmica y ballet en tu desarrollo profesional? 

Estas dos aficiones las destacaría totalmente, me aportó mucho en su momento el hecho de practicarlas de una forma semi profesional. Participé en tres Campeonatos de España, tenía concentraciones para entrenar ocho o nueve horas al día cuando tenía 14 años. Ese compromiso con el equipo, con el deporte, para mí me ha aportado mucho. Yo creo que parte de mi disciplina y de mi organización vienen de ahí: trabajar en equipo, pasar muchas horas con compañeras, coordinarme con ellas para salir a la pista, etc. También me aportó capacidad para manejar el propio estado a la hora de salir a competir, de manejar el juego interior.

Cuando salía a competir no solía fallar, tenía buena capacidad mental. Pero, en mi última competición, en mi último ejercicio del Campeonato de España, hubo unas décimas de segundo en las que mi mente se salió del momento presente y mi aro se cayó. Eso para mí supuso un gran aprendizaje: fallé y nunca antes había fallado; además, mi fallo repercutió al equipo y a los resultados. Después, nos fuimos de compras a un centro comercial y para mí fue una manera de manejar mi sensación de cabreo: decir, la vida continúa.

La gimnasia rítmica y el ballet son dos aficiones que practiqué de manera semi profesional y que destacaría totalmente. Me aportaron parte de mi disciplina y capacidad de organización. En mi última competición, en el último ejercicio del Campeonato de España, me salí del momento presente y mi aro se cayó. Para mí supuso un gran aprendizaje.

– ¿Cuándo y por qué nace el proyecto “Baoababcoaching.es”?

Nace en abril de 2014 como idea de tener parte de mi negocio presencial y también tener marca online. A este segundo  nivel no fue bien porque era experimental y me sirvió para aprender y hacer marca a nivel local, del entorno: proyectos, talleres de Inteligencia Emocional con los padres, en AMPAS, formación orientada específicamente a mujeres, etc. Lo sigo manteniendo ahí pero no lo estoy trabajando. A nivel presencial, este proyecto sigue vivo y sigo haciendo cosas, pero no sé hasta cuándo.

“Baobabcoaching” me sirvió para hacer marca a nivel local, del entorno. A nivel presencial el proyecto sigue vivo y sigo haciendo cosas.

-¿Cómo, por qué y para qué nace Beatriz Blasco –  “Ponte en foco”?

Nace en mayo de 2016, cuando decido potenciar mi marca personal y poder compartir (tanto en el mundo online como con emprendedores y empresas) mi experiencia como persona que ha dirigido y trabajado en diferentes empresas, fusionando todo lo que tiene que ver con el desarrollo y crecimiento personal y la productividad. Para mí es muy imporante la productividad.

“Ponte en foco” se orienta a emprendedores online y a profesionales de empresas. Lo desarrollo a través de formaciones en empresas, organismos y asociaciones empresariales. Mediante la parte online hago consultoría, mentorías uno a uno. El programa formativo que tengo se llama: “Desarrolla tu mentalidad productiva”; hace poco he hecho el último lanzamiento. La parte online va enfocada a personas: profesionales que trabajan por cuenta ajena o emprendedores que tienen su propio negocio (online o presencial), con el objetivo de mejorar la productividad, aclarar las metas, mejorar la capacidad de delegación, etc.

“Ponte en foco” se orienta a emprendedores online y a profesionales de empresas. El programa formativo que tengo se llama: “Desarrolla tu mentalidad productiva”.

-“Motivarte – Enfocarte – Accionarte”. Así resumes tu método. ¿Qué proporción se debe aplicar de cada uno de los conceptos? ¿Cuál es el más complicado de conseguir o el que requiere un mayor esfuerzo?

Depende del momento, los tienes que mezclar, son como ingredientes básicos. Para mí la motivación es conocerse y estar conectado con aquello que te da energía cada día, que te pone en marcha por las mañanas. Enfocarte es fundamental: poner la atención en la dirección donde quieres ir para concentrar tu energía, no dispersarla, y materializarla para conseguir aquello que deseas. Y pasar a la acción es estar en movimiento, no quedarse enganchado en el miedo a no hacerlo bien, en la posibilidad de fracasar. O en el miedo a experimentarse a uno mismo y experimentar la propia valía. La única manera de verlo claro es caminar hacia allí, estar en movimiento.

La metáfora que siempre utilizo con los clientes con los que trabajo es que, si tú no pones a rodar la piedra, nunca se va a pulir. Probablemente no sea el momento perfecto, pero tenemos que probarlo. Me gusta hablarles también de un cambio de creencia: perfecto es aquello que podemos dar en ese momento, en base a nuestro aprendizaje, a nuestro estado y a cómo estamos. Soy muy fan de la acción masiva imperfecta, porque es la que te da el aprendizaje: prueba-error. Muchas personas, como fue el caso de Edison, fracasaron montones de veces antes de dar con la tecla.

Motivación es conocerse y estar conectado con lo que nos da energía cada día. Enfocarse es fundamental para poner la atención en la dirección donde queremos ir. Pasar a la acción es estar en movimiento. La metáfora que siempre utilizo con los clientes es: si tú no pones la piedra a rodar, nunca se va a pulir.

-¿Qué definición haces de productividad? 

Productividad personal es hacer con sentido aquellas cosas que realmente materializan o hacen posible los resultados, con un consumo equilibrado de tiempo y energía, de recursos (incluyendo el dinero).

 

Productividad personal: hacer con sentido cosas que hacen posible los resultados con un consumo equilibrado de recursos.

-Uno de tus lemas, tal y como afirmas en tu página web, es que las personas sean capaces de traer “más libertad, amor y conciencia al día a día”. ¿Crees que esa es la receta para un futuro laboral próspero? ¿Por qué?

Para mí, después de haber trabajado en las empresas, creo que hace falta mucho amor, compasión, respeto por el otro, comprender al otro y a nosotros mismos, no estar constantemente en la queja y en el juicio hacia los demás. Suele haber mucho juicio, miedo, apego al poder en las empresas. Y mucho miedo al cambio, mucho status quo establecido, lo que impide que las empresas y las organizaciones se desarrollen de una manera dinámica y fluida en el entorno donde nos encontramos hoy en día.

La libertad para mí es un valor muy importante: las personas que son curiosas y tienen ganas de aprender y experimentar necesitan libertad. Horarios y metodologías estrictas no ayudan mucho. Tiene que haber normas, es evidente, pero creo que la libertad es importante. De hecho, está demostrado que no tenemos por qué estar trabajando todos en el mismo lugar, a la misma hora, sino que podemos intercomunicarnos de maneras diferentes y aprovechar las ventajas que nos facilita la tecnología y la red.

También tenemos que ser conscientes de nosotros y de nuestro cuerpo porque muchas personas enfermamos trabajando en las empresas, no escuchamos a nuestro cuerpo; tiene inteligencia pero no sabemos escucharla porque no nos han enseñado. Si nuestro cuerpo está tensionado, no debemos continuar trabajando porque no tenemos el mejor estado para ser productivos. Cuando estamos constantemente en un nivel de estrés elevado y de auto exigencia, nuestro cuerpo lo manifiesta y no está en disposición de buscar nuevas formas de solucionar y de hacer.

En las empresas hace falta mucho amor, compasión y respeto por el otro. Suele haber mucho juicio, miedo al cambio y apego al poder. La libertad es un valor muy importante. También tenemos que ser conscientes de nosotros y de nuestro cuerpo porque muchas veces enfermamos trabajando en las empresas.

-También afirmas que sin cambio individual no se puede alcanzar el cambio colectivo: ¿cómo se consigue esto en el mundo empresarial? ¿Cómo pueden o deben las empresas ayudar a fomentar cambios individuales para conseguir resultados visibles en los equipos de trabajo?

A esta conclusión he llegado también con mi propia experiencia. Yo no puedo querer cambiar el sistema si no cambio yo. Esa es una postura muy cómoda. Nosotros tenemos mucho que ver en el sistema y, si no cambiamos, es complejo que éste cambie. Hay que hacer cambios organizativos pero también hay que centrarse mucho en los cambios individuales. Debajo de la organización siempre hay una segunda organización que subyace a la conocida y ahí entran mucho en juego las personas, nuestros vínculos y maneras de relacionarnos. Hay que permitir que cada persona desarrolle su propio liderazgo, facilitarle esa parte de autoconocimiento, autogestión, desarrollar su Inteligencia Emocional, etc. En las empresas hay mucho miedo: a si me echan, si dejo de cobrar, etc. Pero desde el miedo no puede salir nunca nada con chispa, ilusión y diversión. Creo que en las empresas hay que divertirse y sonreír más, hay que utilizar la travesura. Hay tres energías arquetípicas que se utilizan también para comunicar: la ternura, la determinación y la travesura. Creo que en las empresas hay mucha determinación, poca travesura y poca ternura. Hay demasiada determinación, energía de “ferocidad”, una parte muy masculina que hace falta para poner límites y pasar a la acción. Pero también es necesaria la ternura para conectar con las personas a un nivel más profundo, y travesura para encontrar soluciones, ser mucho más creativos y divertirnos mucho más con lo que hacemos.

Hay que permitir que cada persona desarrolle su propio liderazgo. Creo que en las empresas hay que divertirse y sonreír más, hay que utilizar la travesura.

-¿Qué papel tiene para ti la comunicación dentro de tu proyecto “Ponte en foco”?

Para mí la comunicación lo es todo, porque es la manera en la que nos relacionamos y a través de la cual podemos expresar lo que llevamos dentro: con el cuerpo, a través de una canción, de una palabra, una charla, un libro, un vídeo, etc. Muchas veces es complejo comunicar lo que llevamos dentro, porque no somos conscientes de nuestra sabiduría y tenemos miedo a expresar y mostrar desde esa sabiduría. Y yo siempre pienso: si tú comunicas desde ti, desde tu interior, desde tu sabiduría, desde tu corazón y tu equilibrio, con una mezcla de ternura, determinación y travesura, esa comunicación tiene su efecto en los demás. De hecho, es imposible no comunicar, siempre estamos comunicando. Aun cuando estamos callados, comunicamos. 

¿Las empresas? Hay empresas que lo hacen genial, comunican muy bien y saben llegar, impactar, inspiran. Hay otras que lo hacen fatal o que no lo hacen directamente (creen que no lo hacen). Los profesionales cada día creo que lo están haciendo mejor, se están dando cuenta de que tienen que mejorar esa comunicación. Importa no sólo el qué, sino el como: qué comunico y cómo lo comunico.

En España, en general, necesitamos mucho trabajo de oratoria, hablar en público, aunque solo sea frente a un equipo de cinco personas. Hay que tener recursos y saber cómo trasladar lo que llevamos en la cabeza hacia fuera para que los demás lo entiendan. 

Para comunicar bien, los valores que yo considero importantes son: honestidad, humildad y naturalidad.

Hay empresas que comunican muy bien y lo hacen genial. Hay otras que lo hacen fatal. Los profesionales creo que cada día lo están haciendo mejor. En España necesitamos mucho trabajo de oratoria, hablar en público. Los valores clave de la comunicación son: honestidad, humildad y naturalidad.

¡Muchas gracias por esta clase magistral, Beatriz!