Federico del Valle: “Las técnicas han avanzado muchísimo y nosotros ya no se las podemos ofrecer. Hemos quedado de veterinarios de cabecera”

Hablamos con el veterinario Federico Valle. Toda una vida entregado a su profesión desde el corazón, que es el que hace que el sentido de la responsabilidad hacia los animales y su cuidado brote y se desempeñe con el rigor y el cariño necesario hacia ellos.

Además de su dedicación al mundo de los caballos, Federico ha volcado sus esfuerzos en los perros, “los entiendo bastante bien. En pequeños animales se ha alcanzado muchísima especialización“, a diferencia de lo que sucede con los caballos, donde “la carrera está sin especialización, todavía seguimos en precario“, afirma.

Al preguntarle acerca de su trayectoria, el veterinario reconoce que hay muchos aspectos de mejora a poder incluir en materia de formación: “sales de la carrera como todo el mundo, sin saber nada. Luego tienes que empezar a aprender y a ir formándote con los cursos que se organizaban con AMVAC y AVEPA“. No obstante, nos indica que a él le gustaban mucho los perros: “yo llegué a la carrera criando perros y ya los conocía muy bien, con lo que me fue más fácil el poder entenderlos“. Una labor que le ha ocupado más de 25 años.

“Yo llegué a la carrera criando perros y ya los conocía muy bien, con lo que me fue más fácil el poder entenderlos”.

Al abordar aquellos aspectos que más destacaría a lo largo de su trayectoria profesional, no duda en resumirla en: “mucho trabajo, poco dinero y mucha vocación“. Él es un profesional que se encuentra en este sector por pura vocación, como sostiene en repetidas ocasiones a lo largo de la entrevista. “Creo que es algo que nace con la persona. Mi padre era Ingeniero de Minas y yo tenía que estudiar eso, porque por entonces no se podía discutir”, explica. “Yo iba a la mina y estaba con las mulas en lugar de entrar a la mina. Luego, ya desde pequeño, la tendencia era que me atraían más los animales que cualquier otra cosa“. Nos cuenta que empezó a estudiar Ingeniero Agrónomo, “y yo decía que iba a Agrónomos y me bajaba a estudiar la carrera de Veterinaria“. Una anécdota importantísima a la hora de valorar su verdadera vocación por el sector. “Naces así y no te pueden cambiar”.

Un tema interesante es saber si el negocio puede y debe ser rentable. Federico nos explica sus impresiones: “a los jóvenes yo creo que ya les han enseñado un poco más”. Asunto delicado el comparar la perspectiva de su época, con respecto a la que atraviesan hoy los jóvenes veterinarios que desean introducirse en este mundo.

Sobre la profesión de veterinario: “Creo que es algo que nace con la persona. Naces así y no te pueden cambiar”.

Dentro de la veterinaria, Federico nos explica que antes eran clínicos que hacían de todo: “yo hacía caballos por las mañanas, y por las tardes perros. Me di cuenta de que chicos jóvenes cada vez empezaban a ofrecernos determinados servicios. Eran personas que se habían especializado muy bien en Europa y en Estados Unidos, que sólo se dedicaban a hacer 24 horas al día lo mismo, y sabían mucho más que nosotros de esas cosas“. Fue por entonces cuando Federico comenzó a contratar a los profesionales que después integraron el grupo Sinergia Veterinaria. “Antes eran todos individuales. Les contactaba para todo: usaba el dentista, el ecografista, el anestesista, el de cirugía de tejidos blandos. Y me di cuenta de que lo hacían mucho mejor que yo“. Es por eso que el veterinario sostiene que: “mi misión es dar el mejor trabajo al cliente, y que el cliente quede con lo que quieran hacerle lo que sea lo mejor. Las técnicas han avanzado muchísimo y nosotros ya no se las podemos ofrecer. Hemos quedado un poco de veterinario de cabecera“.

“Mi misión es dar el mejor trabajo al cliente, y que el cliente quede con lo que quieran hacerle lo que sea lo mejor. Las técnicas han avanzado muchísimo y nosotros ya no se las podemos ofrecer. Hemos quedado un poco de veterinarios de cabecera”.

Federico aprecia muy claramente esta realidad, por eso recurre a centros como el Instituto de Técnicas Avanzadas Sinergia: “sabes que tú vas a llegar a un diagnóstico más o menos cierto, tú has intuido que va por ahí, y ellos tienen aparatos de sobra para confirmar tu diagnóstico y, una vez que lo has confirmado, se lo remites a ITAS para hacer lo que haga falta hacer y que sea lo mejor para el animal“. Al respecto, nos cuenta el caso reciente de un perro: “le han puesto un catéter, como se lo ponen a las personas, que va del riñón a la vejiga, porque tiene un uréter con una piedra y no funciona; y el riñón también lo tiene con una piedra y con infección. Ellos han puesto un catéter, que es como un bypass“. Desde que remitió al perro y está operado, ha cogido ya seis kilos. “Antes habían ido de urgencias a otro hospital y les habían dicho que el perro se iba a morir“.

“Cuando remites un caso a ITAS, tienen aparatos de sobra para confirmar tu diagnóstico, y van a hacer lo que haga falta hacer y que sea lo mejor para el animal”.

Este veterano veterinario deja muy claras las tremendas bondades que tiene la remisión de casos a centros como el Instituto de Técnicas Avanzadas Sinergia Veterinaria, el complemento perfecto para lo que él denomina el “veterinario de cabecera”, que puede apoyar su labor prestando el servicio más completo al cliente, derivando en un beneficio notable para todas las partes implicadas. Y, ante todo, con la mejor tecnología, técnicas de última generación, con un equipo profesional altamente formado y cualificado, y una comunicación fluida tanto con la clínica como con el cliente durante todo el proceso para simplificarle la vida al cliente y beneficiar al cien por cien al animal que se está tratando.