“Nos encontramos en el inicio de una nueva etapa histórica, con casi todo por descubrir”

Entrevista a Luis Miguel Díaz-Meco, responsable de comunicación, consultor y docente.

Luis Miguel es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, Máster en Dirección de Comunicación y Relaciones Públicas por OBS (Universidad de Barcelona y EAE) y Máster en Relaciones Internacionales por la Compañía de Formación Empresarial (Grupo Vivendi). Ha realizado, además, Cursos de doctorado en Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid. 

En lo que respecta a su práctica profesional, si hay algo que me encantó de su descripción en su página web es su visión de de este sector: “Aún sigo intentando encontrar una explicación al mundo en el que vivimos y ofreciendo las soluciones que están al alcance de mi mano”. Simplemente, fantástico. 

Antes de licenciarse, ya ejerció como periodista, colaborando con diferentes medios de prensa y radio desde la facultad. Ha sido redactor, coordinador y director de diversos medios. Ha trabajado en una consultora de negocios internacionales. Desde hace 13 años trabaja como responsable de comunicación en una institución pública. Y en los últimos 10 años ha sido profesor del Máster en Dirección de Negocios Internacionales de la Universidad Pontificia de Comillas (ICADE) y de la Escuela de Negocios Aliter.

En 2010, movido por su curiosidad y afán de aprendizaje, creó un blog de comunicación. 

Forma parte del claustro del Centro de Alto Rendimiento Político y da clases de comunicación digital en varios centros y escuelas de negocio. 

¿Se puede pedir más? ¡Veamos su entrevista!

-El lema de tu página web es: “La comunicación, como nunca te la habían contado”. ¿Qué te inspiró para escoger este eslogan?

Me pareció un juego de palabras que resumía perfectamente el propósito del blog, ofrecer una visión personal sobre el mundo de la comunicación a partir de mis conocimientos y experiencia.

Al margen de opiniones, aciertos y errores, tu óptica es única y en ningún sitio te van a contar las cosas de igual modo. Ya lo decía Oscar Wilde: “Sé tú mismo. El resto de papeles [ya] están cogidos”.

Al margen de opiniones, aciertos y errores, tu óptica es única y en ningún sitio te van a contar las cosas de igual modo.

-En tu amplísima trayectoria formativa, vemos multitud de empresas y entidades con las que has colaborado y/o donde has impartido clases. ¿Cuáles destacarías especialmente y en qué ha consistido tu aportación para ellas?

Colaboro habitualmente con empresas como el Centro de Alto Rendimiento Político, centrada en la consultoría y formación en el ámbito político, y Mosaiq, más dirigida al entorno empresarial. En ellas aporto mi experiencia, especialmente en comunicación digital, para todo tipo de proyectos, desde asesoramiento a formación, a título individual (políticos, empresarios…) o institucional.

Y el retorno es igualmente interesante porque aprendo cada día no solo de los excelentes profesionales con los que ambas empresas cuentan sino también de los clientes finales que siempre te abren perspectivas nuevas.

De CAREP y Mosaiq aprendo cada día no solo de sus excelentes profesionales sino también de los clientes finales, que siempre te abren perspectivas nuevas.

-¿Qué valoración haces del entorno digital y su utilidad en el mundo de la comunicación?

Ha supuesto una auténtica revolución. La forma en la que nos comunicamos ha variado completamente nuestro entorno profesional, social, personal, familiar. Hemos sufrido un cambio radical en unos pocos años, en ocasiones no somos ni siquiera conscientes de la magnitud del proceso, y lo más interesante es que nos encontramos en el inicio de una nueva etapa histórica, con casi todo por descubrir.

La comunicación se ha situado en el epicentro del cambio y empresas y profesionales -con distintos niveles de intuición, interés y convencimiento- tratan de adaptarse. Algunos tendrán éxito y otros desaparecerán por el camino pero, desde luego, nada volverá a ser igual.

El entorno digital ha supuesto una auténtica revolución en el mundo de la comunicación. Esta se ha situado en el epicentro del cambio y empresas y profesionales, con distintos niveles de intuición, interés y convencimiento, tratan de adaptarse.

-Dentro de tu función de “acompañamiento” a las empresas con formaciones a medida, hablas de la resolución de ciertas deficiencias en la forma en la que se maneja la comunicación en ellas. ¿Puedes hablar de los principales errores que has detectado en este sentido y de las soluciones que has propuesto para solventarlos?

Para solventar un problema, el primer paso -siempre- es ser consciente de que se tiene. Y en muchas ocasiones, las empresas no otorgan a la comunicación la importancia que deberían.

En ocasiones, reparan en ello cuando ya es demasiado tarde.

Pero quizá el error más común, independientemente del ámbito en el que nos movamos, es la ausencia de una estrategia. Pensamos en la comunicación como una varita, casi mágica, que va a solucionar determinados problemas en un periodo corto de tiempo. Y no somos conscientes del esfuerzo y el trabajo precisos para que la comunicación sea capaz de alcanzar esas supuestas cualidades mágicas.

Para solventar un problema, el primer paso, siempre, es ser consciente de que se tiene. Y en muchas ocasiones, las empresas no otorgan a la comunicación la importancia que deberían. Quizá el error más común es la ausencia de una estrategia.

-¿Puedes definir cómo es el plan de comunicación óptimo y qué aspectos debe contemplar?

No existe el plan de comunicación óptimo. O dicho de otro modo, existen tantos planes de comunicación ideales como organizaciones, porque sus necesidades, objetivos y recursos son diferentes.

Más allá de los aspectos básicos que debería incluir cualquier plan de comunicación, es básico reflexionar sobre la situación de partida de la organización, trazar unos objetivos claros, contar con buenos profesionales e implicar a toda la organización, no solo a sus responsables, sin cuyo apoyo no merece la pena ni intentarlo.

Con esta apuesta, los resultados terminan siempre por llegar. Sin ellos, nunca.

Es básico reflexionar sobre la situación de partida de la organización, trazar unos objetivos claros, contar con buenos profesionales e implicar a toda la organización.

¡Mil gracias Luis Miguel!